Aquí en Marbella, estoy encantada de leer sobre el reencuentro de Oliver Pocher y Sandy Meyer-Wölden. Esta noticia me trajo inmediatamente recuerdos nostálgicos y me recordó cómo surgió mi aparición sorpresa con Botox en su programa. Yo también estaba de vacaciones aquí en aquel momento, cuando la cadena de televisión supo de mí gracias a la amable mediación de Sandy. Me invitaron a hablar de Botox en el programa e incluso trataron a Oliver Pocher en directo. Se trataba, por supuesto, de una oportunidad inesperada, y aunque al principio me pregunté si realmente debía hacer este viaje espontáneo, no pude resistir la tentación. De hecho, poco después cogí un avión a Alemania y me encontré en la sala de maquillaje un poco más tarde, nada menos que al lado del mismísimo Oli Pocher. El ambiente entre bastidores era relajado y distendido, pero aún así se podía sentir la emoción en el aire. Cindy aus Marzahn y los Botox Boys también se sentaron a mi lado en el sofá del programa. Era un grupo ilustre y, por supuesto, los cómicos no perdieron la oportunidad de burlarse de nosotros con sus preguntas y comentarios chulescos. Lo que realmente me impresionó fue lo espontáneos, ingeniosos e increíblemente divertidos que eran tanto Oliver como Cindy. Su capacidad para convertir cada situación en algo gracioso y hacer reír al público una y otra vez era impresionante. A pesar del ambiente humorístico, tuve que mantener un tono serio en la entrevista y responder a las preguntas con profesionalidad. Fue un acto de equilibrio entre pericia y entretenimiento, pero creo que el público lo disfrutó. Cuando las cosas se pusieron serias y Oliver tuvo que sentarse él mismo en la silla de tratamiento, Cindy le ayudó con su típica ironía. Se notaba que Oli estaba un poco nervioso, pero los comentarios profesionales e ingeniosos de Cindy le ayudaron a aliviar la tensión. Todo funcionó como un reloj y el tratamiento se llevó a cabo de forma rutinaria y sin incidentes, siempre dentro del contexto del espectáculo y bajo la atenta mirada de las cámaras, por supuesto. Tras el programa, el ambiente seguía siendo distendido y hubo alguna pequeña charla entre bastidores. Toda la experiencia no sólo fue profesionalmente interesante, sino también personalmente enriquecedora. Estoy especialmente agradecida a Sandy, que lo hizo posible en primer lugar. Habría perdido esta oportunidad única si no hubiera sido por tu mediación. Al día siguiente, volví a la playa aquí en Marbella, donde me entregué plenamente al modo vacaciones de nuevo. Pero el recuerdo de este momento emocionante sin duda permanecerá conmigo durante mucho tiempo. ¿Quién iba a pensar que unas relajantes vacaciones en España desembocarían en una inesperada aparición televisiva y en una experiencia tan divertida?